domingo, 11 de abril de 2010

Palomas de fuego y la sonrisa de María


Los sábados son mágicos en Amarte. Pero el sábado 10 de abril la magia se puso descarada, se dejó escuchar, de dejó ver, se dejó probar y hasta se le pudo retratar.
Todo empezó en el Jardín Amarte al atardecer, cuando entre gritos de pavorreales y ráfagas de brisa se dejaron oír una cítara, un violín y un udu. Un pavorreal hembra junto a la cúpula del restaurant Pavo Real observaba, gente de diferentes países nos sentamos alrededor del escenario a dejarnos llevar por esa música del mundo. Bogdan Djukic y Leonardo Nieto Joly descalzos y sentados en el piso en posición de loto tocaban, uno el violín y otro la cítara. El programa de mano decía que Bogdan nació en Kosovo y Leonardo había estado en la India. No recuerdo donde nació Leonardo ni creo que a él le importe que no lo recordemos porque él es del mundo. Los dos son hombres universales creadores y magos. El público enmudeció aparentemente pero la verdad es que no estaba, todos volamos hacia nosotros mismos. La señora bonita que estaba junto a mí lo descubrió de pronto, dijo si cerramos los ojos se siente más, y tenía razón porque eso fue como un vuelo de introspección que todos disfrutamos, también cerré los ojos un tiempo pero era difícil no querer ver a esos hombres sintiendo la música de tal manera. Jugué a imaginarlos vestidos con túnicas, con turbantes, con coronas, en camellos, corriendo por el desierto, transportados en elefantes o volando en alfombras mágicas.
Después fue el udu con su sonido de agua o de fuentecita escondida en un rincón desconocido del mundo. Los pavorreales interrumpían emocionados y también los aplausos.
De pronto la música cesó y nos invitaron a acompañarlos a entrar a la galería, ahí dos mujeres nos esperaban pinceles en mano y paradas frente a sendos lienzos blancos. Bogdan el serbio, se situó junto a ellas y de nuevo tocó el violín, esta vez creando y recreando nueva música que grababa y volvía a tocar sobre ella. No sé que era lo que hacía pero era un juego maravilloso, las pintoras comenzaron a pintar la música. Una era serbia y se llama Suzana Stojadinovic, la había visto antes en la galería donde tiene ahora una exposición. La otra era María Carvajal, la actual directora de la galería Amarte, las dos vestidas con pantaloncitos negros y playeras donde resaltaba la frase aquella de Spinneta que tanto me gusta. “Quién podrá resistir cuando el arte ataque” Ninguno de los presentes resistió, las vimos pintar la música de Bogdan y fuimos uno con ellas, había muchos niños presentes que contagiados de arte miraban diferente a cuando llegaron, todo era una fiesta. Todos sonreíamos y celebrábamos. Hubo una sonrisa que lo que lo llenó todo. La sonrisa de María cuando la música paró, entonces dejó de pintar, frente a ella un cuadro luz y dentro de ella música y color que se desbordaba por los ojos y la sonrisa. Nunca antes la vi tan linda. Después todos salimos a vivir la magia de la voz de Miguel Ángel Céspedes y de la alquimia de José May haciendo crepas flameadas en Pavo Real.
José May convierte crepas en palomas de fuego que quedan en nuestra memoria y la sonrisa de María se quedó ahí... en la galería.

1 comentario:

  1. Gracias a la familia Moreno por dejar que los artistas hagamos una fusión entre nuestra magia y la magia propia de Amarte. María José en verdad fue un momento maravilloso y tienes razón la sonrisa de María se quedo ahí y se ha quedado en mi vida para siempre. Mario Monroy

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