sábado, 27 de marzo de 2010

Obra: El Beso Discreto. Victoria Rueda


Se conocieron a la hora del planeta en Amarte, era la primera vez que las luces se apagaron para bien de la tierra. Ella llegó cuando la oscuridad estaba en pleno, le puso alarma al auto y entró por el caminito de piedra iluminado apenas por la luna. Entre velas trató de reconocer rostros esperados, no distinguía quien era quién pero una silueta delgada y alta se acercaba a ella como si la conociera. Sin decir palabras la tomó del brazo suavemente cuidando con ella sus pasos. La condujo hacia una mesita sola con dos sillas, en el escenario brillaba el violín de Guillermo Gutiérrez, lo reconocía porque era su violinista favorito desde varios años atrás cuando lo escuchó en la inauguración de la Galería.
El desconocido la llevó hasta su mesa y le sonrío de cerquita diciendo en voz baja –No tardo, te traeré vino- Ella no entendía todavía si no lo reconocía o si él la confundía con otra persona. Cuando regresó junto a ella le extendió una copa de vino mientras se sentaba en la silla frente a ella y agregaba. -Toma mi amor, estoy feliz ya no tendré que esperarte más- Fue la primera vez que ella se vio muy adentro de sus ojos entre reflejos de velas, luna y estrellas. Era la hora del planeta en Amarte.
Adiós Nonino de Paganini estalló en el ambiente justo cuando ellos se miraban.
Para cuando bailaron en Pavo Real la canción que Miguel Ángel Céspedes les dedicó, ya estaban profundamente enamorados fue entonces cuando el beso...
Estoy adelantándome a los hechos mejor lo veré por mí misma hoy en el Jardín Amarte.

1 comentario:

  1. una maravilla esta historia de "El beso discreto". Me ha encantado.

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