viernes, 7 de enero de 2011

Pobre Gordita


Intentó cortar la rebanada una y otra vez pero no podía lograrlo siempre había un bebé blanco que se interponía entre el cuchillo y la rosca.
Definitivamente el doctor antiobesidad tenía poderes, México era un país mágico o el hambre la estaba volviendo loca.
Volvió a la mesa y se tomó el agua mineral que Manolo con una inmensa sonrisa le sirvió.
El chocolate caliente no tenía caso sin pan. No importa, total ... hoy tampoco rompería la dieta.
María José Moreno

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