jueves, 22 de julio de 2010

María de Magdala

Llegué a Amarte un 22 de julio con María.
Una señorita nos llevó a Piano Café
Llovía y la ventana decía que aquí no pasa el tiempo
La guitarra que cantaba prometía tonos dorados.
Más que una tarde de lluvia era una tarde de amor.
María dijo que este día era suyo.
El calendario se lo había dicho por la mañana.
La oí sin prestarle mucha atención porque las guitarras...
una niña pidió arroz con leche
y me distrajo.
Entonces María hablaba de Provenza y de flores de lavanda,
de una cueva y de evangelización.
Ya no la escuchaba.
La besé mientras leía un cartel que anunciaba a James McLean
que se presentaría al día siguiente.
María hablaba ahora de Betania.
Era una tarde de amor en Amarte.


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1 comentario:

  1. HOLA, hoy es mi primer comentario en este espacio, en el que se percibe el amor en cada momento.

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