martes, 20 de julio de 2010

Hoy me acordé que soy mujer

Y que me voy al salón de belleza. Quería experimentar y hacer en mí lo que nunca haya hecho: Rizado de pestañas, planchado de cejas y manicure (que sí me había hecho pero para que sea diferente pedí las uñas cuadradas y un color rosa eléctrico muy "nice") me relajé delicioso, pensé en mis compañeras de la secundaria (para olvidar cuentas bancarias, cuentas por pagar y por cobrar etc) logré recordar nombres apellidos por filas de mesabancos. También me dormí y traté de no pensar en Príncipes azules que hoy todos me están cayendo mal. Después de dos horas más o menos salí del salón un poco diferente, muy relajada y con varios cientos de pesos menos. #yoconfieso que eso de acordarse que se es mujer es un poco caro. Le agradezco a Prince que me esperó y manejó de regreso para que no me estropeara las uñas por tercera vez, porque ya Mary no me las iba a querer arreglar de nuevo. Y agradezco a Atipul que me invitó el manicure. Bueno, ahora sentadita en El Portón acepto que eso de acordarse que se es mujer además de caro es muy aburrido. Quiero volver a la Selva y seguir leyendo el libro que Cary me regaló para mi cumple. No tengo remedio nací para Tarzana aunque en este Renoir me vea como una damita buena y bien portada. Eso de acordarse que se es mujer sólo me gusta por ratos ;-)

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