Aun no puedes verlo, pero vendrá.
Con su nombre de mujer y sus manos suaves,
con su caricia y sus ojos dulces.
Te tomará de los hombros y sonreirá contigo.
Lentamente te irá llenando.
No hay palabras que lo traigan.
No se le puede llamar.
Se acerca solo... encendiendo luces,
dando calor y color a su paso.
Espera... esta vez también vendrá.
Te lo aseguro.
El consuelo siempre llega.
Enviado desde mi iPad
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