Ya casi es diciembre, mi jefe empieza a preocuparse por los aguinaldos que tendrá que pagar, los empleados ya desde hace días se lo han gastado mentalmente, varias veces. La pecosa empieza con sus neuralgias y neurosis; el mundo comienza a iluminarse con focos de colores y añoranzas. Pero en Amarte no se siente eso.
Amarte no celebra Navidad pero celebra la vida. Y yo celebro Amarte cada día.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario