domingo, 30 de octubre de 2011

Marullo

Desde el momento que escuché tu voy, hoy en el teléfono,

Todas las imágenes de ti me han perseguido.

Sentí tus pasos atrás de los míos mientras volvía a casa,

Tu perfume que me seguía por el jardín queriendo atraparme.

Estabas en las galletas que encontré en la alacena

y en el cardamomo de mi té cuando despedí la tarde.

Pude verte en los cristales de mi ventana antes de abrirla.

Escuchar a lo lejos los cascos de tu caballo en Transilvania

Dicen que los seres atemporales no existen.

Quién si no tú para negarlo.

No quiero tener miedo, soy valiente

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