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lunes, 27 de septiembre de 2010
Otro Atardecer en San Carlos
Así son, los que hayan estado aquí alguna vez en el atardecer, se han bañado de sus rojos, dorados y naranjas, saben que es algo imposible de olvidar. Es no saber si estamos vivos, muertos o dormidos. El tiempo se detiene por segundos o minutos. Y después, no volvemos a ser los mismos. Nunca más. El oro se nos mete entre los párpados y ahí queda para iluminar de ahora en adelante todos nuestros sueños y ensueños. Así son.
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